Una buena mesa, la reconfortante cocina de siempre o la sorpresa de la cocina de ahora, la sobremesa que se alarga, la conversación… Regalar una experiencia con Familia La Ancha es regalar mucho más que buena cocina.

 

Hace ya algunos años que se puso de moda regalar una comida o una cena en un buen restaurante. Quizá tenemos demasiadas cosas materiales, quizá lo que realmente deseamos son experiencias que entren por los ojos y el paladar o, quizá, simplemente, queremos tiempo, y el tiempo sentados a la mesa se disfruta, se multiplica, pone boca abajo el móvil y se mira a los ojos. En Familia La Ancha lo entendemos así, por eso, en nuestros restaurantes damos la opción de regalar una comida o una cena donde el escalope, la tortilla, las brasas, el cuchareo, la tradición y el mojar pan son excusas deliciosas para pasar un buen rato con alguien querido en nuestra casa.

 

Regala la tradición de nuestra familia

En cada plato que cocinamos en La Ancha, tanto la de la calle Zorrilla como en Príncipe de Vergara, hay un trocito de nuestra historia. En el cogote de merluza, en la carrillera, en el pisto manchego y, claro, en el escalope Armando. En todos estos platos que cocinamos como lo hacía el bisabuelo y luego el abuelo, el padre y el tío de Nino hay un poco de nuestra historia y de nuestra casa familiar. Por eso, venir a La Ancha es como ir a la casa familiar a por cocina casera, sabor, abundancia y gusto por las raíces.

 

Regala clásicos y no tan clásicos

En la Tortillas de Gabino uno puede tomarse una tortilla de patatas como está mandado, que en nuestra casa es como las hacía Gabino: cremosa, jugosa, sabrosa y, por qué no, divertida, porque le ponemos gambas, o una salsa picantita, o torta del Casar para quien se sienta creativo. Pero la Velazqueña, ay, la Velazqueña, esta es la que acumula un buen club de fans. Pero además de la tortilla, un clásico, hay navajas gratinadas, tuétano glaseado, croquetas de Idiazábal… Todo suena clásico y recuerda a los clásicos, pero tiene una pequeña vuelta. Aquí se practica la cocina que reconforta y sorprende.

 

Regala curiosidad culinaria

En pleno barrio de Chamberí, abre sus puertas fismuler con una decoración singular, una luz singular y una carta singular. Lo primero genera buen rollo, gusto y la sensación de sentarse a presenciar algo especial. Lo segundo, sorprende sin artificios, y esto es importante: hay curiosidad por los sabores, las mezclas, las texturas, hay creatividad, pero no ostentación. En este restaurante, el más contemporáneo quizá de nuestra Familia La Ancha, se está a gusto, como en casa, solo que en una más moderna. Hay clásicos imprescindibles como el escalope San Román, la tarta tatín de puerro joven, la dorada con almendra y uva tinta… Pero aquí manda la temporada, el mercado y la creatividad en cocinas, así que cada día hay una sorpresa en la carta. Ah, y no olvides el postre, la tarta de queso fismuler es el broche perfecto a este regalo.

 

Y si estás en Barcelona o haces una escapada, puedes regalar una experiencia en fismuler de la Ciudad Condal. Mantiene el espíritu del original: un ambiente moderno y distendido donde la música tiene mucha importancia, por cierto, una carta original con los clásicos que le hicieron famoso y platos que cambian al antojo del mercado y de las cocinas. Una réplica perfecta a cientos de kilómetros de distancia.

 

Regala volver a una casa de comidas

Así nacía Familia La Ancha hace más de un siglo, como una casa de comidas referente para los madrileños porque era un seguro de cocina casera y de platos ricos. Con Molino de Pez, Nino Redruello ha querido recuperar ese espíritu original del primer restaurante de la familia en Madrid y llevarlo a Barcelona. En este restaurante se invoca el espíritu de La Ancha, pero con los toques propios de haber nacido en 2022. Al final uno es hijo de su tiempo, y en Molino de Pez hay platos de cuchara, tortilla Velazqueña, carnes y pescados a la brasa, callos… y también hay brioche de ternera y trufa, zamburiña con emulsión de piparra… Pero el espíritu es el de los restaurantes de antaño, las raciones generosas lo corroboran.

 

Elige el día, la hora, el importe del bono y regala una comida o una cena deliciosa que será, seguro, mucho más que lo que te serviremos en el plato.